Estamos cada vez más cerca de tener backup en la nube de nuestras conversaciones de WhatsApp, ya hemos explicado cómo hacerlo con la última beta que se puede encontrar en su página web. Sin embargo la solución no es la más óptima.
Sí, quizá nos venga muy bien a los más techies esta opción pero no nos engañemos, esta no es la mejor solución para todo el mundo. Es una chapuza que necesita que tomemos una acción dentro de las opciones de WhatsApp, algo que mucha gente no sabrá encontrar. Hay mejores soluciones para eso y no lo han tenido en cuenta.
El eterno problema de WhatsApp y la nube
Todo se reduce al mismo problema de siempre: WhatsApp no es un servicio en la nube. En su origen era una simple plataforma de mensajería, de intercambio de mensajes. Y lo sigue siendo. En sus servidores no se almacenan mensajes, sólo el tiempo necesario hasta que son entregados al otro extremo.
Esto tiene varias implicaciones. Por un lado las ventajas: al no conservar copia de los mensajes el espionaje es más improbable. Pero esto no quiere decir que la NSA no pueda leerlos, basta con que se queden una copia. Que nuestros chats no estén en los servidores de WhatsApp no quiere decir que no estén los de la NSA.
La segunda ventaja es que el registro es muy sencillo, basta con dar el móvil y recibir el SMS de confirmación. No hace falta crearse una cuenta ni tener una contraseña ni nada de eso. Al cambiar de terminal basta con meter de nuevo la SIM y volver a recibir el SMS.
La tercera ventaja es únicamente para WhatsApp: ahorran muchos costes en infraestructura. Cuando la empresa empezaba presumían de consumir muy pocos recursos, eran de verdad muy eficientes.
Pero las consecuencias negativas de esta filosofía también se hacen notar. Por un lado las conversaciones están únicamente en nuestro móvil. Cuando cambiamos de terminal tenemos que hacer un backup y ponerlo en el nuevo terminal, algo que es complicado para la mayoría de los usuarios y por eso han desarrollado el backup en la nube de Google Drive (cosa que seguirá resultando complicada para muchos usuarios).
Hay más consecuencias negativas: no podemos hacer login desde varios terminales (por ejemplo con Google Hangouts o Facbook Chat podemos tenerlo instalado en el tablet, en otro móvil, en el PC...). La solución para tener WhatsApp en el PC también es bastante chapucera (el móvil tiene que tener conexión a Internet) precisamente por esto.
Y no digamos qué pasa si por alguna razón perdemos nuestro número de teléfono (por un impago, por ejemplo), será muy complicado recuperar la cuenta de WhatsApp (aunque ahora tenemos la posibilidad de migrar la cuenta, pero tenemos que seguir teniendo activa la aplicación en el teléfono).
Prácticamente todos los competidores de WhatsApp tienen resuelto el problema de los backups de los mensajes desde el día uno ya que son servicios en la nube. WhatsApp, en cambio, tiene que andarse con apaños.
¿Y Android?
Otra solución que tendría WhatsApp para solucionar el problema de los backups es usar directamente el backup de datos de las aplicaciones de Google para Android. Esto sería completamente transparente para los usuarios. Al activar un nuevo móvil se le instalaría WhatsApp con todos los mensajes.
Sin embargo, y a pesar de los años que lleva Google anunciando esto en Android (y Android M no es una excepción), todavía no funciona bien del todo. Y hay limitaciones de tamaño que seguramente WhatsApp, con todos sus mensajes multimedia superaría.
En definitiva, WhatsApp ha optado por una solución subóptima porque Android no le ofrece nada mejor y porque no quieren convertirse en un servicio en la nube. Ya van varias chapuzas de estas y todo por no tomar una decisión que en su día podía parecer muy trascendental (los costes se podían disparar) pero que hoy no es tan importante (no tienen problemas de dinero desde que los compró Facebook, que además tiene todos sus servicios en la nube).
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