TAG Heuer Connected y el dilema de Android Wear ¿la mejor opción o el camino más fácil?

TAG Heuer Connected y el dilema de Android Wear ¿la mejor opción o el camino más fácil?

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TAG Heuer Connected y el dilema de Android Wear ¿la mejor opción o el camino más fácil?

Ayer TAG presentaba su primer smartwatch con Android Wear. La marca suiza ha estado los últimos meses dándonos pequeños anticipos de este reloj pero ayer por fin lo hicieron oficial. Costará 1.350 euros convirtiéndose así es en el modelo más caro en llevar el sistema operativo de Google.

Seguí la presentación con curiosidad pero lo que me terminó provocando fue decepción. Connected no me parece un mal producto en absoluto pero su existencia me hizo reflexionar sobre si Android Wear es realmente una solución viable para todos aquellos que quieran fabricar un smartwatch.

La misma base para todos los relojes

Llevo más de un año usando Android Wear, desde aquel tosco LG G Watch a un Moto 360 de segunda generación, por mi muñeca han pasado cuatro modelos más. Me gusta y Google ha ido sabiendo actualizar el sistema operativo para ir dándole valor. No hay muchas aplicaciones es cierto pero a día de hoy las que hay cubren mis necesidades.

Android Wear, como Android a secas, nació con un objetivo muy claro: ser una commodity para los fabricantes. Una mercancía que ellos ponían en sus dispositivos (smartphones, tablets…) para despreocuparse de buena parte del desarrollo de software. Por supuesto luego había que hacer aplicaciones, personalizar interfaces pero nada comparado a escribir un sistema operativo móvil desde cero.

Con los relojes ocurría algo igual. La categoría de los smartwatches empezaba a coger fuerza y los fabricantes no se podían permitir crear un software desde cero. Al menos no la mayoría porque Samsung sin ir más lejos decidió seguir su propio camino. Apple, como no, también creo su propia plataforma.

Para los demás quedaba Android Wear, un sistema que se ajustaba a todo tipo de relojes y donde los fabricantes de dispositivos solo tenían que asegurarse de hacer el diseño y cumplir con unos requisitos de hardware. Esta ”facilidad” ha permitido que compañías del sector hayan lanzado varios modelos en cuestión de un año y medio.

De todas las empresas que se habían lanzado hasta ahora a Android Wear la única que se salía por la tangente era Fossil. Marca de moda especializada en accesorios que también quería su reloj conectado. Ahora es el turno de que entre una relojera de verdad. Nada de compañías tecnológicas que tan pronto te diseñan un ordenador portátil como te hacen un smartphone. Suizos especializados durante muchos años en hacer relojes.

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No es una marca pequeña además, TAG. Los relojeros deciden saltar a Android Wear casi más en un intento de demostrar que son capaces de adoptarse a los tiempos modernos (algo que Casio lleva años persiguiendo) y que no tienen miedo en saltar a una nueva tendencia. “Estamos aquí también, mirad” parecen decir con Connected.

Quitando ese ejercicio de vanguardia, de demostrar que también están ahí, nos queda un reloj caro que en comparación con el resto de Android Wear lo único que ofrece es diseño y un producto aspiracional: llevar un TAG Heuer en la muñeca. Un TAG que es muy bonito, sí, pero que ofrece las mismas prestaciones que cualquier otro reloj.

TAG lo juega todo al diseño y a un hardware ligeramente mejor

Hace tiempo tuve oportunidad de conocer a un amante de los relojes. Era capaz de tirarse horas y horas hablando de ellos, cada modelo, el mecanismo que llevaba dentro, su funcionamiento… Me decía que la marca y el diseño eran importantes pero que lo importante para cualquier aficionado a esta categoría era cómo funcionaba y la rareza en sí misma.

Cojamos un caso extremo: un reloj Casio de diez euros y un Rolex de varios sueldos dan la hora. Es cierto, pero funcionan de forma completamente diferente. Además hay mejores materiales, un proceso más minucioso de fabricación y los valores de marca y prestigio ya mencionados.

Cojamos ahora un Moto 360 y el TAG Connected. El primero lleva hardware de Qualcomm, el segundo de Intel. La duración de la batería es parecida y el software es el mismo. No hay diferencias en el funcionamiento más allá de las carátulas de reloj que haya incluido el fabricante suizo en la ROM. El resto es diseño y una diferencia de precio de unos 1.000/1.100 euros según con cuál lo compares.

No quiero dar a entender que el smartwatch de TAG es un mal producto pues no he tenido oportunidad de probarlo. Lo que me chirría es el planteamiento que han hecho: se han acomodado, han ido por el camino fácil y se han reducido al mínimo común denominador de otros Android Wear para jugar su única baza en el diseño.

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A todo esto hay que sumarle el hasta ahora dudoso éxito de la categoría: Android Wear ha distribuido 800.000 unidades según los últimos datos y la sensación que da este mercado es que no tienen intención de hacer una inversión tan grande en un producto que de momento apunta a tendencia.

Probablemente los amantes de los relojes sigan prefiriendo los modelos clásicos, con sus mecanismos e historias. Con diseños únicos que van más allá de mostrar una carátula digital cualquiera. De TAG esperaba algo más exclusivo, que no fuera solo diseño y que ofreciera otras características.

Para los suizos Android Wear es un buen socio porque entran en la categoría de los smartwaches sin hacer una gran inversión en software pero eso también se traduce en no tener un producto más exclusivo ya que hasta ahora Google no deja muchas opciones a los fabricantes.

Tengo curiosidad por probarlo pero me temo que TAG Connected va a tener un paso muy discreto por el mercado. Han demostrado que pueden llegar pero ahora tienen algo más difícil todavía: venderlo y convencer. Si todo va mal, siempre podemos quitarle la parte electrónica y usarlo como reloj analógico, palabra de TAG.

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